Primer día en el gimnasio

Ayer fui a estrenar mi tarjeta del gimnasio.
Me apunté el domingo por la mañana con la idea de ir esa misma tarde, pero como casi no había dormido (de 3:30 a 7 de la mañana) me eché una siesta. Mala idea. Me desperté con dolor de cabeza, desorientada- por un momento no supe si era por la mañana o por la tarde-y empapada en sudor porque había tenido una pesadilla.

Pero ayer por fin me decicí a ir. Mi hermana me esperó a llegar de la nutricionista y fuimos juntas. Como era mi primer día me tenían que asignar un monitor. ¡Me ha tocado el mismo que a mi hermana! Es muy simpático. Además como iba con mi hermana nos hizo hacer los mismos ejercicios. Mientras una descansaba la otra hacía el ejercicio.
El gimnasio estaba muy lleno, nos tocó esperar para algunos aparatos y nos encontramos a medio vecindario.
Por cierto, ahora entiendo por qué se suele llamar a las máquinas máquinas de tortura. Sobre todo una. Las primeras veces era facil y casi no costaba, ¡pero en los últimos 15 ejercicios no podías más!

Ayer me lo pasé mejor en clase de francés. Ya no me pareció que había una diferencia tan grande con el nivel de los otros y el mío. De hecho, dije alguna cosa que los demás no sabían.

Hoy viene mi novio a casa después de comer. Le tengo que preguntar si a su abuela le gusta el chocolate. Mi madre me ha encargado una tarta y como nunca he cortado una tarta para rellenarla ni nada de eso quiero hacer una prueba y como el sábado voy a comer a casa de la abuela de mi novio me parece una buena excusa.