domingo, 10 de julio de 2011


Este ha sido sin duda uno de los meores fines de semana de mi vida. Eso sí, a partir del sábado por la noche, porque el sábado entero lo pasé visitando a los abuelos de mi novio. Primero fuimos a comer a casa de su abuela y luego a cenaar a casa de sus abuelos. Me lo pasé bien, nos dedicamos toda la tarde a meternos con el novio de la hermana de mi novio.
Llegué a casa sobre las doce y media. Justo cuando me había puesto el pijama llegó mi hermana de un concierto de unos amigos. Me dijo que iban a hacer fiesta en casa de un vecino, así que fui a saludarlos.
Cuando llegamos a su casa los chicos a los que conocía se habían ido a llevar la guitarra y el bajo a su casa. Así que mi idea de pasar, saludar e irme no funcionó. Eso sí, cuando llegaron tampoco me quise ir.
Estuvimos unas dos horas contando chistes. Primero de los buenos, luego de los mallos que sólo te hacen gracia cuando tienes la risa fácil de haaber escuchado muchos chistes.

Después de haber bebido un poco, mi hermana comenzó a decir que tengo que cambiar de novio, que es muy soso. Unos minutos después tenía a dos chicos insinuándose y uno que me preguntaba por qué decía eso mi hermana, que qué hacía mi novio para ser un soso.
Estuvimos hablando durante más de una hora, el tiempo suficiente para que a los demás se les hubiese subido el alcohol. Salimos al balcón. ¡Nunca pensé que cupiese tanta gente en una tumbona!

A las cinco y media mi hermana decidió que estaba demasiado borracha como para seguir ahí, así que ella y su noviio sse fueron a casa. Quizás en otro momento me habría ido con ellos, pero mi vecino me estaba haciendo un masaje en el pelo. Me fui más tarde, sobre las seis y media. El chico con el que estuve hablando media noche me acompañó a mi portal.

....

Ayer por la tarde rompí una cuerda de mi violín. Se había desafinado y cuando intenté afinarlo saltó. Esto me deprimió un montón. Además, cuando abrí la tapa de la funda del otro violín vi que un montón de cerdas del arco se habían roto. aquí es cuando comencé a llorar. Entre lo agotada que estaba porque sólo había dormido una hora y el agotamiento de lloraracabé tumbada en el sofá.
Pero mi vecino llamó. Todos seguían en su casa y querían jugar al poquer. Cuando llegué ahí me enccontré a a todos tirados en el salón. Al cabo de una hora de intentar dormir deidimos que lo mejor sería ver una película. Vi la película a cachos, porque me estaba durmiendo. Después de la película me fui a casa.
El chico este, que había estado toda la película a mi lado, me dijo que me acompañaba.

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