¿Por qué siempre huyo de lo que quiero? Siempre, en el último momento, por miedo. Porque en el fondo me da miedo canbiar, me da miedo ser una persona distinta. Me da miedo todo, hasta pintar las paredes de mi cuarto de otro color. Porque no sé cómo quedaría. Me da miedo hacer el solo en el coro, aunque me lo hayan pedido a mí. Pero me da vergüenza cantar delante de la gente, aunque quiera dedicarme a la música. Y así es como niñas de trece años que no llegan al re de arriba me quitan el puesto que yo me merecía. Por el maldito miedo a que las cosas salgan mal.

Llevo varios días con repentinos cambios de humor. En un momento puedo estar estresada con las clases (sí, acaban de empezar las clases y ya estoy estresada) y cambiar a estar triste, a estar eufórica o a estar tan sumamente agotada que todo me daba igual.

Mis nuevos profesores no parecen estar mal. Me encanta mi profesor de historia!!!! Habla muy rápido pero te enteras de todo lo que dice. El otro día nos trajo billetes de la inflacción de Alemania en 1923.
Realmente no sé qué escribir, pero he vuelto a pillar un momento en el que no hay nadie en casa.
Odio ir a clase porque cada vez que entro veo a la chica esa de mi clase que ha adelgazado tanto y me deprimo. Lo bueno es que hay otra que ha engordado y ahora creo que está más gorda que yo. Al menos ya no soy la gorda de clase.

Pero últimamente me sorprendo a mí misma recordando cuando mis brazos estaban decorados con cortes. El horrible, pero a veces lo echo de menos.

Llevo dos días pesando 66,6, cuando el martes pesaba 66,4. Quiero volver a bajar de peso, pero no dejo de comer chocolate y demás cosas que no debería comer.

Algún día de estos pondré música en el blog, ahora que he aprendido a poner música. ^o^

Realmente no sé qué escribir, pero casi nunca encuentro tiempo para escribir.
¿cómo puede ser que en sólo dos días de colegio me parezca que no he tenido vacaciones? Normalmente se empieza con ganas y esperanza el nuevo curso, pero como en mi colegio 2º de bachiller es una extensión de 1º sigo igual de frustrada que al final del curso.
Aunque tampoco he perdido del todola esperanza, he cambiado de profesor de historia. El profesor que tuve el año pasado no era profesor de historia sino de música. Ponía las notas como le daba la gana. Literalmente. Y como nos quejamos (primero se lo dijimos a él, no nos hizo ni caso, luego al tutor, no le hizo ni caso al tutor, luego al director, no le hizo ni caso) nos lo han quitado de encima. El nuevo profesor me gusta. Es el típico estricto pero simpático, de esos que te hacen trabajar mucho pero lo hacen de tal forma que apenas lo notas.

A partir de ahora no sé cuándo me pesaré, porque gracias aa mi "maravilloso" horario de clase salgo cada día a una hora completamente distinta. Hoy, por ejemplo, sólo tengo tres clases. En serio, mi horario no tiene sentido.

Un nuevo curso

¡¡¡No quiero clase!!!Había olidado de lo horribles que son mis compañeros. O el hecho de que nadie sepa que existo.
Todos estaban igual que siempre, excepto una amiga que ha adelgazado. ¡Cómo la envidio! Y yo engordando y engordando...
Antes de ayer cené pizza. Por la tarde quedé con mi novio para salir ahí y como luego venía a cenar a mi casa le convencí para que viniésemos andando a mi casa, que está a una hora andando de donde cojo el bús. Hice bien, porque después de cenar estaba muerta de sueño y si no hubiese tenido mi padre que llevar a mi novio a casa me habría ido a dormir nada más acabar.
Y ayer no pude saltarme ninguna comida, porque había venido una amiga de mi madre a casa. Y casi no pude hacer ejercicio.
Así que me he alegrado de que la báscula sólo marcase 66,7. Me lo esperaba mucho peor.

¡No quiero ir a clase! Me he dado cuenta de que no he hecho nada en el verano. Debería haber estudiado, y haberle leido varios libros, pero sólo me he leido un libro. De los otros dos uno lo he empezado y del otro ni siquiera me acordaba. Por suerte no vamos a empezar el curso hablando sobre esos libros, así que tengo tiempo para leerlos con relativa tranquilidad.