
No sé qué me pasa ultimamente pero no paro de cambiar mi humor. Puedo despertarme radiante de felicidad para nada más terminar de vestirme sólo tener ganas de tirarme en la cama y quedarme ahí hasta que el día acabe.
No me puedo concentrar en nada por más de media hora. Ayer saqué mi violín tres veces de su caja. Y no siempre lo volvía a guardar en cuanto me había aburrido porque sabía que a los diez minutos querría volver a tocar.
Leí bastante, pero a ratos, al igual que con el violín.
Y lo mismo me pasaba con el ordenador. Lo encendía, miraba el tuenti y el msn y me marchabaporque no había nadie o no me apetecía hablar con la gente
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Esta mañana viene una amiga del instituto a bañarse en la piscina. Del grupo de ocho amigas que tenía en clase esta es la única que me habla. De verdad que sigo sin saber qué hice para que las demás pasen de mí de ese modo.
Luego me voy a comer con mi abuela y mis tíos. Mi abuela... dejad que os hable de ella: Cuando mi padre empezó a salir con mi madre la odió porque le había "robado" robado a su hijo. Cuando nació mi hermana también la odió un poco, porque mis padres estaba más pendientes de ella. Cuando nací yo me odió con toda su alma: Nací antes de tiempo, con algún problema, ya quería salir a los cinco meses y medio, así que mis padres estaban muy pendientes de mí. Además mi abuela materna llegó al hospital antes que ella, así que me vio por primera vez en brazos de mi "Oma". Y mis abuelas se odiaban.
De pequeña estaba constantemente enferma. Me llevaaron varias veces de urgencias por tener fiebre muy alta. De ahí obtuve mi estravismo, del cual me tuvieron que operar dos veces. Eso para mi abuela significa que mis padres estaban más pendientes de mí que de mi abuela. Y eso a ella no le gustó nada.
Pero lo peor es que no sólo mi abuela es así, sino que mi tía cada día se parece más ella. Siempre fue la favorita de mis abuelos. Un ejemplo: A mi padre le regalaron un coche, sí, pero lo tuvo que terminar de pagar él. A mi tía le compraron una tienda de ropa y calzado. Ella no iba a trabajar (¿para qué, si nunca a intentado trabajar?), sino que era mi padre el que iba alli.
Así que era cuestión de tiempo que mi madre se enfadase con ellas y no quisiera volver a verlas. Y yo tampoco. Así que ahora como mucho las vemos una vez al mes. Y con las dos o tres horas que las vemos ya tenemoss suficiente para un año por lo menos. Siempre vuelvo de mal humor cuando las veo.