domingo, 1 de mayo de 2011

Algunos recuerdos....

Muchas veces me pregunto cuándo comencé a odiarme. No recuerdo haber sido una niña feliz, pero tampoco una niña triste. Pero sí sé que era una niña completamente distinta a como soy ahora. Tenía amigos (sobre todos chicos), era delgada, no me preocupaba por el colegio... Pero desde el primer año de primaria comencé a engordar. Yo no me di cuenta hasta que mis vecinos (unos niños crueles, de como mínimo tres años más que yo) comenzaron a insultarme y a reirse de mí. Al principio no les hacía caso, pero después de unos años comencé a entender por qué me decían todo lo que me decían. Pero no era sólo en casa, sino también el colegio. Aunque ahí no me insultaban, sólo se reían de mí o me ignoraban. A los 8 años yo ya era consciente de que estaba muy gorda: un día nos hicieron pesarnos en clase y luego nuestras mochilas para calcular cuánto peso podíamos llevar. MI mejor amiga pesaba 37 kilos. Yo pesaba 47, diez horribles kilos más. No m pesé. Con lágrimas en los ojos, escribí en el papel que pesaba 42 kilos. Si hubiese puesto menos kilos nadie me habría creido. Me sentí fatal, pero parece que el incidente se me olvidó, porque a los 11 años pesaba 55 kilos. El médico me dijo que tenía que adelgazar. Era verano y el próximo año se mezclaban las clases por primera vez. Iba a tener la oportunidad de empezar casi de cero y no quería que se riesen de mí. Ese verano me pasé las mañanas bailando y las tardes en la piscina. Comencé a desayunar cereales special k (desde entonces soy adicta a ellos) y logré adelgazar cinco kilos. El comienzo del curso fue bueno, pero al año siguiente había engordado todo de nuevo. Y seguí engordando. Hasta los 13 años, cuando abrí mi primer blog. Empecé pesando 66 o 67 kilos, pero logré adelgazar hasta los 64 kilos. Pero poco después de cumplir 14 años, un amigo mío de 20 años (sí, siempre he salido con gente más mayor que yo) descubrió mi blog. Se lo contó a mis padres, que no me dijeron nada, pero controlaban mi blog. Y finalmente se lo dijo a mi novio, que fue el que me hizo cerrar el blog. Después de llorar y odiar a mis padres, olvidé un poco el tema. Realmente sólo me resigné a no tener blog y seguir intentando adelgazar por mi cuenta, pero mis padres me controlaban más que nunca. Y hace dos años volví a abrir un blog. Pero esta vez creo que estoy siendo más prudente(toco madera): sólo abro el blog cuando estoy sola, después de entrar abro otras páginas ajenas a todo esto para que el blog no aparezca en el historial más reciente,... Y intento no cometer ninguna locura. Porque mis padres controlan mucho todo lo mío relacionado con la comida. Realmente iba a ser una entrada corta, pero me he liado a escribir. De todas formas me parece que hay cosas que no he expresado bien. Hoy pesaba 63,5 kilos. Pero mañana pesaré mucho más. La semana pasada comí 5474 calorías. Es un montón, espero controlarme más esta semana. Además, como hoy empieza un nuevo mes, le voy a robar la idea a Selket y voy a calcular cuantas calorías como por mes. También mi peso de cada mes: Febrero: 67,8-64,6 Marzo:65,2-65 Abril:63,9-63,9 Mayo:63,5

5 comentarios:

  1. Hola, es la primera vez que paso por tu blog, esta última entrada me ha hecho recordar cómo era de pequeña, lo que me decían, cómo no me di cuenta de mi obesidad hasta que era demasiado tarde...
    Acabo de crear mi nuevo blog, te invito a que lo veas =)

    ResponderEliminar
  2. joder tia...lo de tus amigas...no tiene nombre!
    Es la primera vez que entro en tu blog, y bueno TE SIGO!
    jo, me gusta que, justo en esta entrada, hayas puesto parte de tu vida pasada, asi empiezo a conocerte bien =)
    Bueno, pues aunque sea virtualmente, no estamos solas!

    Un besito preciosa!

    ResponderEliminar
  3. siempre pasa que esos recuerdos dolorosos del pasado se vienen a nuestra mente, pero hay q ser mas fuertes q ellos y no permitir q nos sigan lastimando

    te mando un fuerte abrazo y mucha fuerza para esta semana nena =)

    ResponderEliminar
  4. De una forma u otra siempre nos sentimos presionadas por los demás, por lo ajeno... A veces pienso que no somos enfermas por nosotras mismas sino que son las situaciones y las personas de quienes nos rodeamos (directa o indirectamente) quienes nos implican en nuestras obsesiones. Cuando tuve sobrepeso me habría gustado que mis padres me llevaran a un nutricionista y me hicieran ver que eso era normal o que me restringieran ciertos alimentos (deporte he hecho siempre: hice danza desde los tres a los 13 años, hasta que me jodí la rodilla).

    Pero mis padres no me llevaron a ningún nutricionista y yo también me convertí en una niña gorda y llena de inseguridades. "Piensa que tú para nosotros siempre serás la más guapa y la más lista..." Esas cosas no compensan, ¿qué seré yo entonces para lo demás? Opiniones pueden ver tantas como individuos, pero la realidad es únicamente una.

    Cuando vemos esa realidad comienzan las medidas desesperadas... y el sentimiento de culpabilidad, ¿por qué no nos entienden? Cuando somos niñas nadie quiere afrontar el problema de la obesidad o el sobrepeso con nosotras, pero cuando somos bulímicas o anoréxicas o arrastramos cualquier otro trastorno alimenticio todo el mundo quiere "rescatarnos", nos dan consejos, etc, etc...

    Lo veo tan injusto... Nuestra realidad se distorsiona, pero ya no somos unas niñas...

    Besos brujos.

    ResponderEliminar