lunes, 21 de mayo de 2012


Cada vez que creo que me puedo controlar acabo fracasando. “No voy a cenar” me dije ayer después de escribir en el blog. Y terminé comiendo un trozo de queso y un poco de la comida de hoy mientras la preparaba. También pretendía no comer hoy, ya que me toca pasarme el día entero en la universidad. Pero he acabado comiendo, e incluso ayer por la noche decidí hacerme la comida. Spaguetti a la carbonara. Me los he comido todos. Me doy asco. Ayer preparé la comida de hoy para hacer algo, no aburrirme y terminar comiendo todo lo que se me pusiese delante y hoy he comido todo lo que había traído a la universidad porque estoy nerviosa.
A mis nervios hbituales pre exámenes y entregas y presentaciones de trabajos se ha unido un nuevo factor. Mañana me dará absolutamente igual, pero hoy no puedo pensar en ello.
Ayer por la noche, cuando ya estaba a punto de quedarme dormida, vibró mi móvil. No me pareció extraño porque le había mandado un mensaje a mi novio hacía ya un rato y, aunque no esperaba contestación, podría haberme contestado. No hice caso al teléfono, ya podría leer el mensaje por la mañana. Pero al cabo de unos 10 minutos el móvil volvió a sonar. Eso ya me pareció más raro, así que miré el móvil. Era un whatsapp de un amigo (si es que le puedo llamar así). ¿Os acordáis del verano, que os conté que conocí a un chico muy simpático, que decidimos decir lo típico de ser novios de repuesto (tanto él como yo teníamos pareja) pero que el día antes de irse tres meses fuera me dijo que no me hiciese ilusiones con él (nadie se había hecho ilusiones, pero bueno) y no volví a saber nada de él hasta que volvió? Pues bien, cuando volvió hablamos alguna que otra vez, pero casi nada. Por eso me pareció aun más raro que me hablase. Los dos mensajes que me había eran un saludo (o todo lo saludo que puede ser un “eyy. Oye”). Me quedé de cuadros cuando leí lo que me escribió. “ Hace unos días corté con mi novia”. Mi primer instinto fue responderle con un “y a mí que más me da?” (vale sí, me cabreó que me despertara y que encima ahora me dijese eso después de decir que no me hiciese ilusiones, pero no era plan de decirle eso, así que le dije que lo sentía y le pregunté qué había pasado. Pero realmente lo que quería responder era que no entendía por qué sólo me habló para decirme eso.
Y ahora no sé qué pensar. No sé si sólo me lo contó para molestar o porque quería algo o... yo que sé. Esta mañana he mirado el móvil por si acaso no lo había soñado, pero ahí está grabada la conversación. Mañana me dará completamente igual todo, pero hoy me no sé qué pensar.

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