Estoy harta de no conseguir nada. De hecho, me he dado cuenta de que cada vez estoy más lejos de mis objetivos.
De pequeña, me dije que no pasaría de los 14 años siendo tan gorda. Tres años después sigo igual.
Esta vez quiero estar perfecta para mi fiesta de selectividad. Como voy a un colegio pijo, tendré que ir con un vestido elegante y caro. Si estoy gorda me da igual llevar un vestido de un millón o llevar una bolsa de basura, queda igual.
Y eso si voy a la fiesta. Este año estoy sacando malas notas. O al menos son mala para mi colegio. Más o menos sacaré un 7 en selectividad. Eso en mi colegio es horrible. Lo normal es sacar un 8 como mínimo.
Y encima no me caen bien los de mi curso. Y las que me caen bien no me hacen ni caso. No me apetece estar sola en mi fiesta, vendo cómo los demás se divierten. Y conocíendoles, arruinarán la fiesta de alguna forma. Siempre lo arruinan todo.
Tenemos que buscar un eslogan para nuestra fiesta (todos los cursos tienen uno en selectividad) y conociéndoles será uno horrible. Para intentar cambiar eso, he propuesto yo algunos. Pero, como ya he dicho antes, nadie me hace ni caso.
Yo pretendía ir a la universidad y acabar el bachiller, pero cada vez me dan más ganas de dejar de ir a clase y comenzar a trabajar y meterme en el conservatorio con canto y violín.
Pero eso significaría que los de mi curso han ganado, que por fin se habrían librado de mí, y esa idea me gusta aún menos.
Encima si le digo a mi madre que quiero adelgazar no me hace ni caso. Como siempre, mis padres no confían en mí, no creen que pueda seguir con algo.
Mi primer violín me lo tuve que comprar yo, porque ellos no querían gastar su dinero en algo de lo que según ellos me iba a aburrir en seguida.Las primeras clases de canto las tuve que pagar yo... Y así puedo seguir tooodo el día.